Los blogs en el debate público cubano: despejando el marabú mental

Por Yurisander Guevara

Creced y multiplicaos, dijimos, y las máquinas crecieron y se multiplicaron. Nos habían prometido que trabajarían para nosotros. Ahora nosotros trabajamos para ellas. Multiplican el hambre las máquinas que inventamos para multiplicar la comida. Nos matan las armas que inventamos para defendernos. Nos paralizan los autos que inventamos para movernos. Nos desencuentran las ciudades que inventamos para encontrarnos. Los grandes medios, que inventamos para comunicarnos, no nos escuchan ni nos ven. Somos máquinas de nuestras máquinas. Ellas alegan inocencia. Y tienen razón.

Cuando Don Eduardo Galeano escribió estas líneas para su libro Espejos, logró el retrato perfecto de la sociedad moderna en que vivimos. Y es que las máquinas que hoy nos ocupan, que han logrado el desvelo de la mayoría de

los que estamos en esta sala al transportarnos a las prometidas autopistas de la información, devienen un revolucionario instrumento de comunicación, muchas veces mal utilizado.

En el caso de los blogs, el debate público es su principal razón de ser, pues llevar una bitácora solo para nosotros es mejor plasmarla en papel antes que en el lenguaje HTML.

Para Cuba, el debate en los medios digitales apareció con la entrada a la era 2.0 de los medios tradicionales y la inserción de comentarios de sus lectores.

Sin embargo, la blogosfera cubana, en pleno desarrollo y auge por estos días, carece de las necesarias conversaciones autor-lector en no pocas ocasiones.

A mi entender, el acceso es el principal problema para un establecimiento efectivo de debates, en tanto los cubanos que se muestran activos en los medios tradicionales no pueden traspasar el umbral del puntocu desde sus puntos de acceso y desconocen los contenidos criollos que hoy habitan en los reinos de WordPress, Blogger y otras plataformas de bitácoras.

No quiero parecer ingenuo. Conozco las urgencias de nuestro país en materia económica, donde el acceso a Internet pasa por números y registros de contabilidad aún muy caros para este archipiélago, pero me preocupan sobremanera las urgencias ideológicas.

En la era de la información, el debate digital se ha mostrado como una poderosa herramienta de participación ciudadana. Es en estas conversaciones donde se aclaran dudas, se asumen posiciones, y se “empoderan” los ciudadanos en la búsqueda de soluciones comunes.

Ahí tenemos el crowdsourcing como método de consulta y creación colectiva para crear una sociedad mejor. ¿Acaso no es ese el principal empeño de la Revolución Cubana en todos estos años?

De ahí la necesidad de fomentar un debate en tiempo real, inmoderado y respetuoso, para buscar nuestra fórmula de sociedad, que siempre será única, como mismo somos los cubanos un pueblo único.

Si esto se fomenta en Cuba a través de blogs auténticos, estaríamos llevando a nuestros ciudadanos las posibilidades de mostrar la rica pluralidad de esta ínsula en bits y bytes.

Y aunque por el momento podríamos conformarnos con buscar audiencias fuera de nuestras fronteras, hay que propiciar discusiones que nos aporten como seres humanos y nos conduzcan a la difusión de nuestra realidad sin distorsiones intencionadas, con un lenguaje claro y a tono con los tiempos que hoy vivimos.

Asimismo, hay que entender el debate como una articulación sinérgica de la blogosfera cubana. No basta con tener un blog, o dos, o mil. No basta con realizar el más exquisito trabajo SEO, utilizar la mejor plantilla en el diseño y las fotos más llamativas. Es necesario proponer y descubrir el valor del enlace, unirnos desde nuestra pluralidad, y conversar, blog mediante, sobre la Cuba que queremos.